En el convulso panorama
vinícola español actual, hay varias zonas y variedades que podemos
considerar "emergentes". Hasta hace poco nadie reparaba en
ellas, y hoy por hoy son realidades de éxito, algunas a nivel
internacional. En realidad, tienen casi mas reconocimiento fuera que dentro de
nuestras fronteras. Sobre todo destacan dos: Las garnachas
provenientes de la Sierra de Gredos, y los tintos de Galicia, con sus
abanico de variedades (Brancellao, Bastardo, Merenzao, Caiño y
Loureiro tinto, Mencía, etc). Hoy a muchos aficionados les suenan
nombres como Jiménez – Landi, Marañones, Algueira, Goliardo o
Guímaro. La crítica nacional e internacional ya los encumbra como
grandes vinos a descubrir.
Mientras se produce esta
revolución de tintos ligeros y fáciles de beber, a la vez que
complejos y con mucha personalidad y expresión de terruño... ¿qué
pasa con los blancos? Desde luego, ninguna zona o varietal goza de
este reconocimiento mediático que beneficia a los mencionados
anteriormente. ¿Pero hay algún blanco tesoro escondido, esperando
ser descubierto? ¿o alguna novedad, como el tempranillo blanco en
Rioja? El patrimonio de viñedos viejos de varietales blancos no es
en España, ni por asomo, el mismo que de variedades tintas. Pero sí
que, entre esas parcelas centenarias existía la tradición de tener
uva blanca. En la ya mencionada Sierra de Gredos, entre las
parcelas de viejas garnachas, hay viejas cepas de una variedad que se
postula con un gran futuro para la elaboración de interesantísimos
vinos. Me refiero a la Albillo.
Se ha hablado de ella
hace poco, que sí es la misma que en Manchuela (que no lo es), que
si tiene algo que ver con el albillo de La Palma o con la de
Almansa... La que nos ocupa es la Albillo Real. De racimos pequeños
y brotación temprana. Resistente a plagas, y sensible a heladas. Y con la que 4 monos viticultores elabora este
vino. 4 monos, 4 aventureros, David, David, Laura García y Javier
García que se establecieron aquí y trabajan con viñedos viejos en
Cadalso de los Vidrios. Uvas procedentes del Paraje Loncha de los
Huertos, es su primera añada en blanco, hasta donde yo sé.
Cultivado con preceptos de agricultura ecológica y vendimiado a
mano. Criado en barricas de roble francés usadas, donde permaneció
con sus lías 10 meses. Color amarillo intenso. La nariz también es
bastante expresiva; Flores secas. Membrillo y chirimoya. algo de
naranja. Anisados, miel de flores. Algún recuerdo de manzanilla.
Tostados y vainillas que evidencian esos meses en barrica y lias. Y
alguna nota mineral también. La boca es aún más interesante.
Amplia, glicérica, seca. Es cálido, probablemente por sus 15 grados de
alcohol, pudiendo dar una sensación algo golosa, pero con un punto
mineral, salino. Tal vez es una locura, pero me recuerda a algún
Chenin, aunque sin el mismo nervio. La acidez de este 4 monos en
correcta, aunque su persistencia sí es muy destacable. Si en unos
meses la barrica se integra un poco más, será todavía mejor.
Muchos de los inquietos
y dinámicos viticultores de la Sierra de Gredos ya están dando
muestras de lo que la albillo es capaz. 4 monos es uno de ellos, que
se le suma a los de Bernaveleva, Marañones o Jiménez-Landi. Cuando
la experiencia se sume al indudable talento de todos ellos atesoran,
yo creo que sí, que estaremos ante algunos de los futuros blancos
más auténticos y característicos que, en España, cuando queramos
salir de verdejos y albariños, podamos beber.
De momento, a esté y a
otros, ya los podemos disfrutar. Y mucho. (85/100)