lunes, 5 de marzo de 2012

Noche de Burbujas: Mas Tinell


             Siempre he defendido la idea de que para conocer de verdad un vino, todo lo que puede decirnos y se esconde en su interior, inclusive a veces su capacidad de emocionarnos, se han de conocer a las personas que hay detrás de él. Por desgracia, no siempre es posible hacerlo. Hace una semana, por suerte, tuve la oportunidad de disfrutar de una de esas ocasiones. En este caso, la bodega era una de las que hay que tener en cuenta dentro del mundo del Cava: Mas Tinell. Las personas, Blanca y Olivia, enóloga y directora general, respectivamente, que nos transmitieron la filosofía detrás de sus vinos.
            Comenzamos con su blanco básico, el L’ALBA Blanc de Lluna 2010. Un vino muy correcto, fresco, de nariz atractiva, floral y afrutada, de media intensidad, y boca de buen equilibrio, en la gama de vinos iniciales del Penedès.
            Pasamos luego al Giselle, el Xarel·lo de la casa. Me confieso un enamorado de esta variedad, santo y seña de la denominación de origen, que se ha dado cuenta que, en tiempos en los cuales lo autentico y lo tradicional es moda, esta sutil casta es su mejor baza y su gran apuesta.
            Proveniente de un viñedo de 56 años, en vaso, en medio de un bosque, con uvas recogidas a mano. El vino fermenta en roble francés a temperatura controlada. En algunas barricas la temperatura es de 14º o 16º, y en otras de 12º, de las que luego se obtiene un cupage en el que se busca mas complejidad. Pasa un año en botella antes de salir al mercado. Y ahora, en la copa frente a nosotros, se expresa tímido, sutil a la vez que complejo. Aromas algo maduros, frutas con hueso, muchos anisados, mieles y alguna nota salina. Los tostados de la fermentación se notan, pero añaden una nota más al conjunto, sin imponerse a las demás, tal vez gracias a ese año de integración. Buena complejidad. Se abre lentamente, le va bien un poco de oxigenación, aparecen notas de talco, fruta blanca y flores blancas secas. En boca, cremoso, con volumen,  y buena acidez. Un más que interesante Xarel·lo, con mucha tipicidad varietal.
            Pero Mas Tinell es, sobre todo, una bodega de Cava. Y sobre el gran espumoso mediterráneo versaba el grueso de la cata, que continuaba por el caballito de batalla de la casa, el Brut Real. Cupage tradicional (Macabeo, Xarel.lo y Parellada), es un producto que se caracteriza por su amabilidad; es de verdad un producto para todos los gustos, y sobre todo, ideal como cava iniciatico. Se me ocurren pocos cavas mejores que éste para introducir a un neófito. De hecho, me comentan que funciona casi mejor fuera de Catalunya que dentro de esta. De buena intensidad aromática, muy floral, da pera, cítricos, con puntos herbáceos, de hinojo, y por supuesto bollería. Muy buena complejidad en su gama. La boca es su principal característica; Brut, pero de verdad, muy amable, sin ser dulce, pero con azúcar muy perceptible. La burbuja, bien integrada, redondea un cava muy interesante y agradable. Su ligereza y frescura lo hacen ideal para aperitivos y cócteles.
            El Brut Nature Real, aunque lleva un poco de chardonnay, tiene un perfil más típico de cava. De nariz más compleja, clásica, de bollería, mantequilla, manzana golden, flores blancas. En boca fresco, seco, equilibrado, con una burbuja bien integrada y marcada acidez.


            El Brut rose esta elaborado con 100 % trepat, es este caso proveniente de viñedos en la Conca de Barberà. De color más asalmonado del que tenía hace unos años, es la versión rosada del Brut Real. Nariz golosa, de fresas, frambuesas y y destacables lácticos. La boca es tambien muy amable, fresca, no tan goloso como podía percibirse en nariz pero aún así volviendo a dejar esas notas de frambuesas. Buen equilibrio, fácil y francamente disfrutable.
Seguimos por el Carpe Diem. Aquí el chardonnay si tiene un papel preponderante, alrededor del 40% del cupage final. Proviene de una parcela de 25 años. Como había ocurrido con el Giselle, se mostraba cerrado al principio. Algo reducido y volátil al comenzar, pero al agitar un poco la copa, tiene una expresión clásica, de flores secas, bollería y frutas blancas. Por desgracia, no se acabó de expresar con todo su potencial. En boca, fresco, equilibrado y mineral. El carácter mineral y algo salino se percibe en varios de sus productos, y proviene de sus parcelas en el Penedès central, con mucho contenido calcáreo.
            Y llegamos por fin al buque insignia de la casa, el Cristina. Normalmente, es un cava de un mínimo de 5 años en botella, con una parte del xarel·lo criado en barrica. Pero aquí fue donde la cata se volvió realmente especial. Blanca nos trajo, directamente de la bodega, antiguas reservas de la familia acabadas de degollar. Así, tuvimos la oportunidad de probar cavas de Mas Tinell con unas crianzas muchísimo mas largas de lo habitual, demostrándonos la capacidad de guarda que tienen los espumosos de esta casa. Todos los cavas estaban sin etiquetar, solo apuntado en la botella el año de embotellado, que es el posterior al de la cosecha. 


            El primero que catamos fue 2003, para mí con diferencia lo mejor de la noche. Un cava maduro, en la línea de los grandes, tal vez me recordaba un poco a un Mas Vía por su sensación de madurez. Manzana al horno, bollería, mantequilla, mucha complejidad, mieles, pan tostado. La boca es redonda, madura, equilibrada, algo vinosa y con el carbónico fantásticamente bien integrado. Una delicia, una vía que seguramente la bodega debería profundizar.
            El 2004 se mostraba mucho mas fresco, nariz también muy compleja, pero de hierbas, flores blancas secas, algo de fruta de hueso, mineral, y desde luego también bollería y mantequillas, que al fin y al cabo lleva unos 8 años en contacto con sus lías... boca de gran equilibrio, se muestra todavía joven. Muy buena persistencia.
            No probamos 2006, porque es la añada actual del mercado, así que pasamos a 2007, el próximo en comercializarse. Todavía esta joven, muy fresco, con notas mas verdes, pera y manzana verde. Aromas de levadura, también salino, calcáreo. Elegante. La boca es muy fresca, pero lógicamente el carbónico esta aún por acabar de integrar.
            2008,  todavía muy joven, apunta muy buenas maneras: pera, manzana ácida, flores blancas (acacia) marcadamente salino y mineral. De momento, muy bien delineado, muy nítido. Se puede ver en las fotos que cambia el modelo de la botella, un futuro cambio de imagen para esta gama que veremos en unos años. Y por cierto, apúntense este 2008, que si sigue por donde va, tiene un futuro brillante.
            Terminamos la noche con el dulce de la casa, El muscat Clos Sant Pau 2008. Proveniente de un “Clos” situado enfrente de la bodega, se vendimia tardíamente, a finales de septiembre y principios de octubre. La nariz es compleja, notas de miel, eucaliptus, piel de naranja, cítricos, flor de azahar, algo de melón maduro, con un punto algo tropical, y de mandarina. De trago que no empalaga, buena acidez, con un dulzor contenido, buen equilibrio, vuelve a sentirse la naranja y las flores. Buen final. Aunque no es un MR, es un muscat más que interesante, con un toque diferente.


            Aunque siempre había respetado a esta bodega, con esta cata comprobamos la calidad de sus productos, y sobre todo lo que mejor saben hacer, cavas con largas crianzas con los cuales se puede disfrutar muchísimo
            Y sobre todo agradecer muy especialmente a Olivia y a Blanca, de Mas Tinell, y a César, por fantástica oportunidad de compartir estos vinos.
            Salud!!.

1 comentario:

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